
David Arias Silva
Edición: 2010 09
En Colombia la historia de las comunicaciones y la economía se halla íntimamente ligada al río Magdalena. Desde épocas precolombinas el río permitió el contacto entre los diversos pueblos indígenas en tanto que, durante la conquista española, fue la principal vía de penetración del territorio. Posteriormente, en el período colonial, fue la principal vía de comunicación entre las ciudades andinas y los puertos sobre el mar Caribe. Con el desarrollo de la navegación a vapor después de la independencia, el río Magdalena reforzará aún más su vocación como vía de comunicación y ruta comercial. En un país que, a medida que avanza el siglo XIX se va abriendo a los mercados internacionales, el río, fue un componente fundamental para sacar los productos de exportación y en sentido contrario, importar bienes manufacturados y objetos de lujo. Los puertos intermedios cumplieron con el objetivo de servir como articuladores de las diferentes regiones con el río Magdalena y se convirtieron de este modo, en puntos de llegada de caminos o ferrocarriles. Entre esos puertos se encuentran Magangué, Calamar y El Banco, en el contexto de la región Caribe. Entre finales del siglo XIX y mediados del XX, se analiza cómo gracias a su relación con el río, diferentes procesos configuran, en estas poblaciones, unas sociedades modernas con manifestaciones muy particulares en su arquitectura, costumbres, modos de vida, etc. Rescata el trabajo una etapa importante en la historia de estas poblaciones máxime si se tiene en cuenta que desde mediados del siglo XX el río Magdalena ya no es la principal vía de comunicación del país.
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